Hoy comparto con vosotros otro cuento de Navidad, que en esta ocasión forma parte del libro "Más que un cuento de Navidad" Volumen 2. Llevados por el éxito de la recopilación de cuentos navideños de 2013, en la Navidad de 2014 Sar Alejandría convocó de nuevo un concurso para todos aquellos escritores y escritoras que quisieran participar en un nuevo libro solidario.
Yo participé con el relato "Tercer planeta. Informe final". Os parecerá un título un poco extraño para un dulce cuento de Navidad, pero así soy yo. Sabed que los buenos deseos, la solidaridad y todo lo que rodea la Navidad (y brilla por su ausencia el resto del año) podrían llegar a salvar el mundo, literalmente...
En esta ocasión las ilustraciones también son mías. Decididamente, tengo que dedicarme a perfeccionar mi estilo... En fin, os dejo con Crampetrus y su comprometido informe...
TERCER PLANETA. INFORME
FINAL
Crampetrus
se inclina ante el Consejo. Su informe es vital para salvar el tercer
planeta de ese sistema solar. Se ha esforzado en redactar un informe
profesional sobre las costumbres de sus habitantes y en esta ocasión
le ha resultado muy difícil ser neutral.
- Hermanos
y hermanas crampianos. Paso a leer mi informe sobre el núcleo
habitado del tercer planeta, elegido al azar por nuestros geógrafos,
para analizar sus usos y costumbres y decidir sobre su futuro-anuncia sin más ceremonia. Todos los miembros del Consejo asienten
a la vez.
“El
lugar elegido para efectuar el estudio es muy frío. Los habitantes
se abrigan cuerpo, cabeza y extremidades con varias prendas de
tejidos gruesos. Gracias a estas prendas que cubren casi todo el
cuerpo, fue sencillo camuflarme y vivir entre ellos sin levantar
sospechas.
La
jornada iluminada por su estrella, que llaman “Sol”, es muy
corta. Cuando su estrella no les ilumina, la sensación de frío es
aún mayor. Entonces los habitantes lo iluminan todo con numerosas
luces de colores. Se iluminan calles, balcones, árboles altos como
torres, las cristaleras de sus comercios e incluso su interior. Cada
habitáculo familiar, que llaman “hogar”, está también
adornado con luces, bolas de colores y tiras brillantes que llaman
“espumillón”, y que dan una impresión festiva para combatir
tanta oscuridad.
Se
escuchan por todas partes unos dulces cantos que hablan de niños que
nacen, estrellas y turrón, que es, según investigué, un dulce con
que los habitantes ponen a prueba la dureza de sus dientes, pero que
tiene un sabor único que jamás probé en mis viajes
intergalácticos. También hay otros dulces menos peligrosos, como
los “polvorones” y los “mazapanes”. Los habitantes mayores
tragan estos dulces con la ayuda de unas bebidas con alto contenido
alcohólico, que producen una sorprendente sensación de calor,
alegría y vértigo. Estudio que su consumo se debe a que los
habitantes precisan de muchas calorías a causa del frío, y con
estas bombas calóricas crean reservas de grasa corporal necesaria
para sobrevivir a estas temperaturas.
Hay jornadas en que muchos
miembros de las unidades familiares se reúnen en torno a una mesa y
comen, beben, hablan y ríen sin parar. Compruebo que es un agradable
modo de vivir el frío y la oscuridad de estas jornadas.
Existe
el principio de solidaridad entre ellos, pues hay habitantes sin
recursos, pero también hay habitantes que donan sus ropas y
alimentos y otros que los preparan y reparten a los habitantes sin
recursos, sin pedirles nada a cambio. En ningún lugar he visto nada
igual.
Otro
hecho sorprendente que he estudiado es cómo los habitantes más
jóvenes escriben cartas pidiendo unos objetos para su distracción
que llaman “juguetes”. Las meten en unos buzones especiales, a
través de los cuales llegan a unos seres maravillosos que cumplen
sus deseos, haciéndoles felices y provocando que sus ojos brillen
tanto como las lucecitas que lo adornan todo.
Por
último, debo decir que la gente se muestra muy agradable, deseando a
todos los demás “una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo”,
con una sonrisa. Incluso a mí, un forastero entre ellos, unos
treinta habitantes me lo han deseado. Aunque no sé exactamente qué
es la “Navidad”, entiendo el significado de feliz y próspero, y
parecen seres muy generosos al expresar estos deseos.
En
conclusión: Los habitantes del tercer planeta sufren mucho frío,
que combaten con ropas abrigadas, dulces y bebidas. Sus niños cantan
felices porque reciben muchos regalos. Aman a sus familias. Son
generosos y desean lo mejor a vecinos y extraños.”
Una
vez leído su informe, Crampetrus espera el veredicto, que no tarda
en emitirse. Los miembros del Consejo han escuchado perplejos sus
palabras, pues el último informe hablaba de guerras, epidemias,
hambre y contaminación. Por eso otorgaron una última oportunidad a
aquel pequeño planeta azul, antes de proceder a su destrucción
masiva para evitar que rompa el equilibrio de un Universo en paz.
- El Consejo acuerda por unanimidad que este planeta merece una
oportunidad. Volveremos a revisar su caso dentro de un periodo
razonable -dictamina la Presidenta del Consejo, Cramponia.
Crampetrus
suspira de alivio. Pasado dicho periodo, se presentará voluntario
para emitir el nuevo informe, y regresará al mismo lugar donde ha
vivido las jornadas más dulces de su vida. Desea
paladear de nuevo aquellos dulces y bebidas, escuchando cánticos
infantiles sobre estrellas y niños que nacen mientras ve parpadear
luces de colores prendidas en los árboles...
F I N
Hasta la próxima entrada, cuando seguiré con la historia de Liduvel, una fugitiva un tanto especial...
¡Os deseo un feliz año nuevo, lectores y lectoras!
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